Han pasado ya unos días desde que quemamos las Fallas del 2019, días que unas y otros aprovechan para hacer balance de estas Fiestas y que, porqué no, yo también quiero hacer.
Hace poco más de 7 años escribía un post en este mismo blog (que disculpadme tengo algo abandonado) titulado Cosas Positivas de Valencia y en línea con aquellos párrafos quiero escribir estos.
No quiero dedicar más de esta línea a quienes tiran piedras contra nuestro tejado poniendo el foco en lo negativo (los trapos sucios se lavan en casa); dedicaría libros enteros -si tuviese tiempo y habilidad para escribirlos- a los miles de falleras y falleros que año tras año hacen estas fiestas que merecidamente fueron reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (candidatura pacientemente llevada y trabajada: gracias Jorge & Cia).
Dedicaría libros enteros a los artistas falleros que con sus obras de arte convierten la ciudad en el mayor Museo efímero al aire libre y gratuito de Europa, a los cientos de músicos que amenizas los distintos actos falleros, a los pirotécnicos (desde mi admirado Ricardo Caballer hasta el anónimo que nudo a nudo ata su mascletá durante toda una mañana para verla explotar en pocos minutos), a los demonios que corren la Cabalgata del Fuego, a los indumentaristas y modistas que cosen esos preciosos trajes que asombran a los que nos visitan, a los orfebres, a los versadores, a los poetas y a todos los artesanos implicados en nuestra Fiesta.
Pero también dedicaría libros a los cientos de camareros y cocineros que esos días doblan turnos para dar servicio a locales y visitantes, a los taxistas que salvan cortes de calles para llevarnos a nuestro destino, a policías y bomberos, a los servicios de limpieza, a mis compañeros que acompañan a los periodistas internacionales y en definitiva, a todos aquellos que hacen una labor menos visible, pero también fundamental para que las Fallas sean lo que son: “la millor festa del món”.
Y es que si en diez años no he conocido a doscientos periodistas de más de 20 países distintos que han visitado nuestras Fallas, no he conocido a ninguno y todos y cada uno de ellos se ha quedado maravillado de las Fallas y así lo han contado en sus países año tras año: transmitiendo toda la riqueza de este Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Sirva como ejemplo este reportaje de la TF1 (principal TV en Francia) con un 42% de cuota de mercado y más de 5 millones de telespectadores.
Y lo mejor de todo es que estos periodistas lejos de hablar sólo de las Fallas, aprovechan para descubrir otros activos culturales y gastronómicos de nuestra ciudad: desde la propia paella hasta nuestros mejores Chefs con estrellas Michelin, desde edificios históricos como el Centro del Carmen hasta los más vanguardistas como la Ciudad de las Artes y las Ciencias; sin olvidar nuestro rico patrimonio natural: la Albufera, las playas, la Huerta y un largo etcétera.
Y que hay de los que nos visitan (turistas, amigos y familiares), ellos también comparten a través de las redes sociales todas las bondades de nuestra Fiesta- convirtiéndose en nuestros mejores embajadores y prescriptores de las Fallas y de Valencia (y que además dejan un muy buen dinerito en nuestra ciudad).
No voy a entrar en si hay que tener una ocupación del 100% o del 90%, de si debemos cobrarles una tasa o no (esto daría para otro post)– eso sí, nadie negará que las Fallas generan muchos millones de euros (algunos de ellos en impuestos que van a parar a nuestras arcas públicas).
Turísticamente hablando, más allá de el impacto económico directo, las Fallas ayudan a desestacionalizar y han favorecido la mejora de la conectividad aérea de la ciudad– pues estas se desarrollan en la temporada invernal de las compañías aéreas. Muy importante -aparte de la semana grande- es la promoción realizada de las llamadas “preFallas” (sirvan de ejemplo este artículo de HOLA Viajes o la campaña con RENFE) que incrementan notablemente el número de visitantes en días de menor congestión.
Por otro lado, las Fallas están también permitiendo que nuestras empresas desarrollen y prueben nuevas APPs: como este año la APP de Fallas&Go o la de realidad aumentada de la Falla del Ayuntamiento de PichiAvo + Latorre y Sanz, mostrando un lado más tecnológico y digital; porque Valencia siempre ha sido y seguirá siendo vanguardia mediterránea.
Dicho sea de paso, pocas fiestas conozco que ofrezcan a los visitantes su programa festivo en 9 idiomas, como ha hecho este año la Fundación Turismo Valencia.
Por todo esto y por muchas más #CosasPositivasdeLasFallas …
Valencians, fallers i no fallers, visquen les Falles i visca València!